EN DEFENSA DEL LIBRO

Hubo un momento en la historia, en que los libros se guardaban en lugares casi sagrados, a los cuales sólo los sacerdotes y reyes podían acceder. Fue la invención de la imprenta, la que permitió que el libro estuviera al alcance de las grandes poblaciones. Este invento, trajo las ideas revolucionarias europeas de los siglos XVII y XVIII a los pueblos americanos, favoreciendo su independencia.
El libro sigue siendo una expresión de ciencia, literatura y cultura irremplazable, al alcance de la mano de cualquier persona (bibliotecas públicas y escolares, gratuitamente), no es un instrumento complicado que necesite batería, sólo hay que saber dar vueltas las páginas. La entonación y el énfasis de las palabras que expresan conceptos o metáforas las da mi propia voz, mi imaginación le pone colorido y mi alma le presta el sentimiento con el que cobra vida el protagonista de la historia.
Démosle la importancia que se merece el libro y la lectura en nuestra sociedad y al interior de nuestras familias, pues lo buenos lectores no nacen, sino que se hacen. Los pueblos que optan por los libros y la lectura, pueden definir más fácilmente su futuro, permitiéndoles elegir de mejor forma a sus gobernantes.
Por todo lo anterior ¡Viva el Libro!