Nuestro Cuadragésimo Aniversario

Cumplimos 40 años y lo celebramos con el saludo de diversos amigos que están en la ciudad de el Salvador y otros que han emigrado, sin embargo, sus corazones aún permanecen en la Biblioteca. Personas que han dejado su huella como público o colaboradores y su relato ha ayudado a rememorar nuestra historia.

La ceremonia contó con la presencia de autoridades de Codelco División Salvador, Claudio Briceño Mansilla, Coordinador Regional de Bibliotecas Públicas de Atacama, autoridades locales y amigos de la Biblioteca. Instancia en que se hizo un recorrido por nuestra trayectoria de aporte al fomento lector, la cultura y las artes.

Como las bibliotecas no solo las conforman los libros, se destacó a Francisco Palta Vergara, ex funcionario de la Biblioteca en la década de los ochenta, el más joven a nivel nacional, quien con sus 19 años aportó en dejar huella en el desierto; también se destacó a integrantes del Club de Lectura terapéutico, programa que se ha desarrollado por más de dos décadas.

Luis Rojas Lazo, funcionario de la Biblioteca a cargo del programa BiblioRedes, leyó el acróstico “La flama del saber” del escritor Ricardo Ponce Castillo. Elizabeth Ochandía G., presentó el libro infantil “Candela  va a ser mamá” de la escritora española Kummerlin, éste último un reflejo de la importancia de la biblioteca en el  vínculo de la lectura con la primera infancia.

Las artes estuvieron representadas por esculturas del artista Iván Rivera Ávalos y mosaicos de Mauricio Díaz Castro, éste último antiguo colaborador de la Biblioteca, quien habló de su obra y la relación con la Región de Atacama. Samantha Campos Gallardo se refirió al trabajo que hacen en conjunto investigando arte rupestre.

Como todo cumpleaños tuvimos obsequios, Álex Durán Espejo nos regaló el poema “Rajo Inca, Pájaro Alicanto”, escrito que enlaza las actuales faenas mineras en El Salvador y el mítico pájaro Alicanto. Díaz y Campos donaron material bibliográfico producto de fondos concursables adjudicados. Berly Barraza González, colaboradora de la Biblioteca,  regaló el libro El último refugio de Roberto Inoccenti y J. Patrick Lewis, que invita al lector a explorar y mantener  la imaginación a través de la lectura. La familia Barraza González, en función de la frase de Gabriela Mistral que versa: “Una biblioteca es un vivero de plantas frutales, cuando bien se las escoge es un verdadero árbol de vida…”, un árbol que será plantado en la Patagonia Chilena.

Fecha significativa, para recordar, agradecer y esperar con alegría el futuro. Gracias a todos quienes nos han acompañado en este caminar.