Compendio Xcaret de la escritura jeroglífica maya descifrada por Yuri V, Knórosov.


Desde  muy joven Yuri Valentinovich Knórosov había  manifestado un  enorme  interés por la lingüística, a los  17 años  ingresó a la  Universidad de Moscú,  su innata  habilidad  lo  llevó a comprender los  jeroglíficos  egipcios, el   árabe, el sánscrito, chino y  japonés. Conocimientos  que le permitieron   realizar  estudios de lingüística  comparada. A los  21  años se  convirtió en  una  de las millones de personas  que la   vorágine de la  Segunda Guerra  Mundial transformó en soldados. Participó en  la  batalla de Berlín la  primavera de 1945  como parte  del Ejército Rojo. El inusual  botín de  guerra con el que regreso,  dos  libros  que  pertenecieron a la Biblioteca  Nacional Alemana, la edición que realizó Étienne Brasseur de Bourbourg de  La  Relación de las  cosas de Yucatán de  fray  Diego de Landa  y una  reproducción de los  códices   mayas  preparada por los hermanos Antonio  y Carlos A  Villacorta en 1933. A  partir  de  esos documentos  y alentado por uno de  sus maestros, Knórosov  se fijó  el tremendo  reto de  descifrar  la escritura maya.  Estaba totalmente  convencido  que  "cualquier sistema  de  escritura producido por  el  hombre puede ser leído por el hombre".