Nicanor Parra, el antipoeta invisible

A tanta solemnidad de togas, birretes, maceros, altezas y artesonados le faltaba la dosis desobediente de Nicanor Parra. Sí, esa gota de locura necesaria del poeta. Esa verdad disolvente dicha de otro modo. Inflamable y esquiva. Irónica y alumbradora que seduce, entre otros miles de lectores, a músicos como Patti Smith, que asistió ayer a la ceremonia. No pudo Parra, de 98 años, abandonar su casa de las Cruces (Chile) para recoger el Premio Cervantes 2011. Demasiado alboroto. Demasiado avión. Excesivo el ruido. Y delegó la recepción en Tololo (Cristóbal), uno de sus nietos. A él encomendó la lectura de una frases sueltas que remató con algunos de los más conocidos antipoemas del autor de 'Artefactos'.


"Mi abuelo me pide que les pida una prórroga de mínimo un año. Dice que ha llegado a la siguiente conclusión: 'Hay que hablar por escrito. Por eso demoro seis meses en armar un discurso de 45 minutos que cuando lo lea parezca hablado... Don Quijote no cabe en un par de semanas...". Y junto al Tololo, la máquina de escribir de las que salieron muchos de los versos, sermones y prédicas de Nicanor Parra, que hoy será guardada en una de las Cajas de las Letras de la sede madrileña del Instituto Cervantes junto a un poema inédito.


Arrancó el juego 'parriano' con el antipoema titulado 'El juego del individuo': "Yo soy el Individuo./ Primero viví en una roca/ (Allí grabé algunas figuras)./ Luego busqué un lugar más apropiado./ Yo soy el Individuo". Pero antes dejó una risa colgando del aire, al lanzar esta declaración de intenciones, como si él mismo se interrogara: "¿Esperaba este premio, ¿no?... Los premios son para los espíritus libres y para los amigos del jurado... ¿Soy acreedor de este premio? Claro que sí. Por un libro que estoy por escribir". Y así fue el nieto enlazando un destello y otro. Un hallazgo. Una intuición. Y otros poemas.


Sonó así la voz de Parra sin Parra. Una prestidigitación más del mago. Y después, las instituciones. Esa alergia del poeta, porque "su verdadera seriedad es otra. La seriedad Kafka y de Carlitos Chaplin". El ministro de Cultura, José Ignacio Wert, ocupaba la mesa de presidencia junto a los Príncipes de Asturias (ocupando la 'vacante' de los Reyes); el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. Dijo Wert: "Nicanor Parra, como poeta, se nutre de lo que es, de lo que siente, de lo que vive, de lo que ve". Recordó los orígenes del escritor y científico en la provincia chilena de Ñuble, en San Fabián de Alico. A la hermana muerta: la cantautora Violeta Parra. Y más: "Pero si la antipoesía es una poesía irreverente, que cuestiona el statu quo con aspereza y a veces con sorna, no lo es por simple capricho. No se trata de una rebeldía al uso. Porque hay que recordar que Nicanor Parra no sólo es poeta. Es un científico que trabajó durante décadas en la Universidad de Chile como profesor de Mecánica Racional, y en su juventud, como estudiante de postgrado en la Universidad de Oxford, fue alumno del prestigioso astrofísico Edward Arthur Milne, en cuyas clases se especializó en las teorías de la Relatividad y la Indeterminación".


El Príncipe Felipe recordó en su discurso a Cervantes y a Blas de Otero. Y aquella anécdota de Parra cuando fue distinguido en 1969 con el Premio Nacional de Poesía de Chile. "Mi modestia no tiene límites y rechacar un galardón así sería una tetulancia". "Porque Nicanor Parra es mucho más que un provocador. Es un rupturista", dijo. Uno de los renovadores de la poesía en español, un autor capaz de demarcar una nueva tradición: la suya propia. Lo explica bien Harold Bloom en el primer volúmen de las obras completas del autor chileno: "Parra nos devuelve una individualidad preocupada por sí misma y por los demás, en lugar de un individualismo tan diferente a los demás como a sí mismo".


 


Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/04/23/cultura/1335166849.html