Maipú celebra el día del Patrimonio

Con dos misas a la chilena, 17 grupos folclóricos en escena, la entrada liberada a  un monumento nacional y un museo emblemático, tour históricos, juegos tradicionales, puestos de artesanía, y hasta con pescado frito,  Maipú celebró la herencia cultural de nuestro país.


 


Conceptos como patriotismo, memoria y responsabilidad, estuvieron presentes en el Santuario Nacional, en el Día del Patrimonio, instancia en la que se busca reflexionar en torno al “conocimiento de los valores, rol y significado de nuestra herencia cultural”, como lo explica Oscar Acuña, Secretario Ejecutivo del Consejo de Monumentos Nacionales.


 


La festiva actividad, contó con la presencia masiva de chilenos y chilenas que celebraron en familia, en un peculiar día de sol. Entre ellos, el alcalde Alberto Undurraga , el concejal Antonio Neme y Carlos Fernández, director del Liceo Nacional, quien, desde 2003, llega con un conjunto de alumnos dispuestos a orientar a todos quienes quieran conocer un poco más de la historia de dos patrimonios nacionales: el Templo Votivo y el Museo El Carmen.


 


Entre el trompo y la rayuela, el folclor, y la infaltable parrilla con comida típica -sin olvidar el pescado frito y el costillar- los asistentes pudieron apreciar un poco de las costumbres y la idiosincrasia del pueblo chileno.


 


Por otra parte, el Museo El Carmen no dejó de recibir durante todo el día a grandes y pequeños que se sorprendieron con los carruajes antiguos y sobre todo con los planos en los que figuraba la estrategia de la emblemática Batalla de Maipú.


 


En la actividad, el alcalde Undurraga comentó el orgullo que siente Maipú por ser considerado uno de los epicentros históricos más importantes del país, y por lo tanto, un importante patrimonio nacional. “Maipú es también patrimonio de Chile”, subrayó.


 


El festejo, que coincidió con el cumpleaños del padre Carlos Cox, rector del Santuario, se extendió desde las 11 de la mañana a las 6 de la tarde.


 


 


 


El Templo Votivo de Maipú es un templo católico ordenado a construir por Bernardo O'Higgins en cumplimiento a la promesa histórica en la que se pidió la intercesión de la Virgen del Carmen, antes de la Batalla de Chacabuco, y en la que se juró construir un templo en su memoria y -a su vez- un monumento a la libertad.


 


Comenzó a construirse en 1818 y sólo fue terminada en 1887. Más tarde, el terremoto de 1906 haría necesaria su reconstrucción.


 


En 1987 el papa Juan Pablo II lo nombra Basílica.