Sala Infantil “Ana María Güiraldes”, de la Biblioteca Municipal, está de cumpleaños
Publicado el Junio 20, 2018 - 18:46
Queridos niños, les quiero contar una pequeña historia. Hace mucho tiempo, una niñita se sentaba todas las tardes a leer arriba de un ciruelo en su casa de la calle Chacabuco. Leía y soñaba. Soñaba e imaginaba. Si estaba leyendo un cuento de dragones, sentía que las escamas aparecían en sus piernas; si leía un cuento de magos, juraba que podía convertir el árbol en un barco; si leía un cuento de princesas encantadas, el gato que pasaba corriendo bajo el árbol podía transformarse en su príncipe azul. Un día el invierno llegó muerto de frío y le pidió prestadas las hojas al ciruelo para hacerse un abrigo. El ciruelo, que era muy buen árbol, inclinó sus ramas y se las ofreció. La niña, muy triste, se dio cuenta que no era entretenido subirse a leer a un árbol tan pelado. Y se quedó mirando al invierno dar vueltas con su abrigo de hojas por la ventana.
Pero…
¡Menos mal que en esta historia hay un pero!
La niñita le preguntó a su mamá -que era la persona más sabia que conocía- qué podía hacer la gente triste cuando no podía leer en un árbol. La mamá pensó un poco, y le dijo un secreto al oído: “las letras no solo sirven para leer cuentos, sino también sirven para escribirlos”. La niñita de inmediato buscó un lápiz y un papel. Escribió un poema hablando del invierno y sintió que la tristeza desaparecía.
Desde ese día, no solo se dedicó a leer. También comenzó a escribir. Leyó y leyó. Escribió y escribió. Y siguió escribiendo.
Queridos niños: yo soy esa niñita que tenía un ciruelo. Ahora, aunque no ande encaramada en los árboles, me dedico a escribir libros para que ustedes sueñen, imaginen y se conviertan en príncipes, magos, dragones y astronautas. Cada libro que escribo es un beso que le doy a un niño.
Les mando un saludo grande, grande. Y también dedico una sonrisa feliz a todos los que cuidan a la preciosa sala de lectura que hoy está de cumpleaños. (Ana María Güiraldes).
(Fotografía: dibujo de la portada “El ciruelo”, con la debida autorización de Ediciones SM, realizada por Francisca Tapia, Nadia Cerda y Manuel Quevedo, de la BPM “Manuel Fco. Mesa Seco”)